viernes, 12 de enero de 2018

MEDITACIÓN, PRESTAR ATENCIÓN A TU CORAZÓN



Acomódate en una habitación silenciosa, sentado y a solas. Escoge un momento en el que te olvides del tiempo, no existe la prisa.

El mejor momento es a primera hora de la mañana, cuando nuestra mente está alerta y todavía se mantiene fresca; intenta evitar que sea al atardecer, cuando la conciencia se está preparando para dormir.

Meditación con Corazón

Cierra los ojos y concentra toda tu atención en el centro de tu pecho, ahí donde se encuentra el corazón. (Como todo el mundo conoce, el corazón se encuentra físicamente ubicado hacía la izquierda, pero este hecho es irrelevante para llevar a cabo esta meditación: el centro de espiritualidad del corazón se ubica directamente detrás del esternón)

Toma conciencia de tu corazón como un espacio. No intentes oír sus latidos ni ningún otro sonido que el corazón pueda hacer en el momento de bombear la sangre. El centro que debes descubrir es un punto de consciencia por donde los sentimientos entran.

En su forma pura se encuentra vacío, lo impregna esa falta de peso, esa ausencia de preocupaciones, la paz y una luz sutil. Esta luz puede presentarse de color blanco, dorada, rosada o azul. No te esfuerces por ver luz alguna. No intentes, por ahora, percibir la pureza del centro del corazón, lo único necesario es sentir lo que haya allí.

Permite que tu atención descanse tranquilamente en ese punto, respira con suma suavidad y percibe ese aliento que viaja hacia el centro del corazón. Tal vez te resulte útil visualizar una suave luz de tono pastel o una frescura capaz de llenar el pecho. Permite que el aliento entre y salga y mientras tanto, pide a tu corazón que te hable. No lo expreses como una orden, sino que basta con la intención de que tu corazón se exprese.

Durante los próximos cinco o diez minutos, mantente inmóvil, sólo escucha. El corazón comenzará a liberar emociones, recuerdos, deseos, miedos e incluso sueños que tenga acumulados durante mucho tiempo atrás; en ese momento, te descubrirás prestando atención.

Posiblemente y casi al momento, podrás recibir un destello de fuerte emoción, bien positiva o negativa, o un recuerdo que habías olvidado. El ritmo respiratorio podría verse alterado y tal vez lances algún suspiro o exclamación ahogada. Deja que la experiencia fluya. Si sientes que te adormeces o empiezas a soñar despierto, no te alarmes. Simplemente, debes devolver tu atención al centro del corazón. Ten presente que te hable con miedo o con tristeza, deleite o con placer, su mensaje será siempre beneficioso.


LA FINALIDAD DE ESTA MEDITACIÓN ES PRESTAR ATENCIÓN A TU CORAZÓN.

Al continuar con este ejercicio, sentirás que hay tres cosas que se van uniendo de forma natural: la meditación, la purificación y la atención. Estás aprendiendo a ser capaz de escuchar el significado espiritual del corazón: esto es meditación. Estás permitiendo que el material reprimido salga a la luz para ser eliminado: a esto se le llama purificación. Estás escuchando a tu corazón sin que este sea juzgado ni manipulado: esto es atención.

Debido a que este proceso pueda compararse al proceso de lavar una camisa para revelar su blancura, no te incomodes si aparecen fuertes emociones negativas o molestias físicas. Ten en cuenta que son emociones se están retirando, se están purificando; por lo que pídeles que lo hagan sin ningún obstáculo, lo hagan cómodamente. Si surgen voces de miedo o temor, de ira o de duda, pídeles que abandonen con tanta facilidad como estimen. (Deepak Chopra)

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