jueves, 21 de diciembre de 2017

9 hábitos que provocan ansiedad y pueden afectar negativamente tu salud. Por Guru


Los trastornos emocionales se manifiestan a través de un sentimiento de inseguridad y la ansiedad se caracteriza por ser un sentimiento de aprehensión, tensión, malestar y miedo frente a un peligro de naturaleza indeterminada. Como una especie de amenaza que está latente pero que no podemos precisar.
A menudo es expresada por las personas que la padecen en términos de nerviosismo y preocupación. La ansiedad debe ser distinguida del miedo que tiene relación con una situación de amenaza real.

Es normal que lo largo de la vida o particularmente de los tiempos que vivimos, nos enfrentemos a preocupaciones y a situaciones que nos generan angustia e inseguridad. En mayor medida, cuando nos volvemos adultos y las responsabilidades tienden a aumentar, es lógico que esto se potencie.
Sin embargo, hay una gran diferencia entre sentirse preocupado de manera ocasional y estar permanentemente ansioso y estresado debido a preocupaciones que se concentran particularmente en la imaginación.

Las personas afectadas con estos trastornos de ansiedad pasan muchas horas al día en un estado de miedo e inseguridad que afecta sus actividades cotidianas.
En caso de que te hayas encontrado en esta situación o te suceda a menudo, intenta cambiar algunos hábitos que muchas veces son el origen de este malestar. Son hábitos que lejos de llevarte tranquilidad o de hacerte pensar en cómo solucionar un problema, te sumergen en un estado de angustia debido a una amenaza o un peligro imaginario. ¡Este círculo debe terminarse! No hace más que restarte energía para las cosas importantes y sumergirte en un estado de intranquilidad permanente.
¿De qué manera podemos mejorar algunos hábitos que no llevan a preocuparnos de manera exagerada?


Veamos qué cosas debemos evitar.

1) Querer controlarlo todo.

Este es un problema que mayormente tenemos las mujeres, debemos reconocerlo. ¡Queremos controlarlo todo! ¿O acaso no pensamos que si no lo hacemos nosotras a nuestra manera nadie lo hará igual?
Bien, sé que te identificaste con esto que acabo de decir pero es hora de cambiar esta manera de pensar. Si queremos hacernos cargo de todos los aspectos de nuestra vida como el trabajo, la relación de pareja, la familia, la casa… Veremos que es imposible conseguirlo, a menos que dejemos en el proceso una buena parte de nuestra salud mental.

Debemos empezar a aprender a delegar, a confiar en quien delegamos y a dirigir la tarea que hemos delegado. Pide ayuda a todos los que te rodean. Cada uno puede hacer su aporte por muy pequeño que sea.

Esto te permitirá sacarte presiones y un buen peso de la espalda.

2) Pretender hacer feliz a todo el mundo.

Mi abuela siempre decía: “si tuvieras la suerte de poder hacer feliz a todo el mundo, seguramente al final tú no te sentirías feliz.” Y esto muy cierto, porque para dejar contentos a todos, seguramente tuvimos que renunciar a ciertas cosas o tuvimos que hacer o decir otras con las que no estábamos de acuerdo.
Trata de complacer a todo el mundo es algo agotador. Lo único que conseguirás intentándolo es sentirte desdichada porque al final entenderás que pusiste como prioridad las necesidades de otros en lugar de las tuyas.
No debemos entender esto como un mensaje de que hay que ser egoísta, sino que hay que establecer prioridades en las necesidades de todos y a veces, las tuyas también pueden ir en primer lugar.

3) No dormir lo suficiente.

Otro hábito que contribuye a los estados de ansiedad, es un descanso inadecuado. Si no dormimos las 7 u 8 horas que merece nuestro cuerpo para recuperar energías, tal vez logremos estar despiertos durante el resto de la jornada, pero definitivamente nuestro humor, nuestro estado de ánimo y nuestra tranquilidad se van a ver afectados.

Es indispensable dormir las horas necesarias, además de adoptar hábitos de rutinas para un sueño sano y reparador.
Fija un horario para ir a dormir, crea un ambiente tranquilo y oscuro con una temperatura que oscile entre los 20º y 22º y apaga todo tipo de aparato electrónico antes de acostarte.

4) Exceso de cafeína.

Tal vez estés acostumbrada al cafecito después de cenar, bien sé que es delicioso, y también es cierto que el café contiene un cierto número de propiedades por las cuales es útil para el organismo, sin embargo; en caso de consumo excesivo los resultados pueden crear un efecto “boomerang”.

Beber entre 4 y 6 tazas de café al día nos pone en riesgo de una dependencia de la cafeína y ya sabemos que si bien nos puede poner alertas también generan un exceso de ansiedad, nerviosismo, irritabilidad e insomnio.

5) Exceso de alcohol.

Otros tal vez creen que encontrarán un refugio en el alcohol y una solución a sus problemas de tristeza o angustia o las dificultades que se encuentran a lo largo de la vida. Nada más nocivo que caer en este círculo vicioso, ya que el consumo excesivo origina estrés y ansiedad.

El consumo permanente de bebidas alcohólicas no se recomienda para personas que tienen tendencia a deprimirse o que caen fácilmente en la angustia y la desesperación.
Piensa en los problemas que puede generarte y generar a otros estando bajo los efectos del alcohol, así como el peligro físico que implica para tu propia persona y para los que te rodean.

6) La falta de orden.

La desorganización y la improvisación generan ansiedad y nerviosismo. Pero no sólo a quienes tienen tendencia a sufrir de estas patologías, sino que a cualquiera la falta de orden y un ambiente caótico, le generan ansiedad y desconcierto.
Planifica tu jornada en la noche para que al día siguiente no estés a último momento corriendo con cosas que no encuentras, improvisando, o preparando eso que necesitabas.

No te tortures pensando en cómo hacer esto o aquello, simplemente organiza las tareas que debes realizar para que luego puedas cumplir con cada una con tranquilidad y calma.

7) Pasar por alto el desayuno.

El desayuno es la comida más importante del día, nunca nos cansaremos de repetirlo, pero a pesar de haberlo explicado muchas veces aún muchas personas pasan por alto el desayuno sin advertir los efectos nefastos que tendrá sobre nuestra energía, sobre nuestra actitud e incluso sobre nuestro estado de ánimo y rendimiento a lo largo del día.

Es probable que no haber desayunado esté generando estrés, ansiedad y depresión. Volviendo al punto anterior en cuanto a la organización, planifica tus horarios de manera tal que tengas tiempo para levantarte en la mañana y desayunar de manera apropiada.

8) Sedentarismo.

La falta de actividad física incrementa la ansiedad y los problemas emocionales. Sí, aunque no lo creas, llevar una vida sedentaria no aporta ningún beneficio no sólo en lo físico sino también en lo emocional.

Comienza con una actividad física que te guste, esto es muy importante y realízala de a poco, al principio durante unos pocos minutos y luego podrás ir aumentando los tiempos a lo largo de los días y las semanas.

Las endorfinas que se producen durante la actividad física, son las que se denominan también “hormonas de la felicidad” y te ayudarán a sentirte mejor, más animado, al mismo tiempo que propiciarás un impacto positivo en tu salud.

9) Exceso de azúcar.

Al igual que el café y el alcohol, el consumo de azúcar refinada debe estar moderado, ya que incluso puede tener un aporte beneficioso para la salud. Pero también al igual que el café y el alcohol, el exceso rápidamente se vuelve en contra.
Al consumir azúcar refinada, le estamos dando a nuestro cuerpo serotonina, hormonas que provocan un sentimiento de bienestar, pero el problema es que al consumir azúcar de manera excesiva, el efecto benéfico será cada vez más corto y en consecuencia nuestro cuerpo reclamará cada vez más alimentos dulces y con más frecuencia.

Es ahí cuando entramos en un círculo vicioso de dependencia que con el transcurso del tiempo sólo acarreará daños a nuestro organismo como por ejemplo, la hipertensión arterial y el sobrepeso.
Una vez más vemos que para sentirnos bien y beneficiar a nuestra salud, simplemente debemos seguir algunos hábitos saludables comunes a tantas otras cosas.

Los estados de ansiedad y nerviosismo pueden ser transitorios y pasajeros y a todos nos ocurre que en determinadas circunstancias nos sentimos nerviosos por alguna situación que debemos atravesar, pero cuando este Estado de ansiedad y nerviosismo se da de manera frecuente, debemos prestar atención a todos estos hábitos que pueden estar contribuyendo a que nuestro padecimiento se incremente y sea más profundo.

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