lunes, 26 de septiembre de 2016

En las dificultades es cuando mas necesitas apoyarte y abrazarte. Por Patricia González


Cuando llegamos a este mundo lo hacemos con un gran deseo de experimentar nuestra existencia y disfrutar de la aventura. ¿Recuerdas cuando eras niño y veías a los adultos complicarse más de la cuenta con cosas que para ti resultaban ser mucho más sencillas de abordar?

A medida que vamos creciendo, nos vamos contagiando con la seriedad y la preocupación de los adultos y terminamos por convencernos de que la vida es más difícil de lo que pensábamos. 

La evolución se encarga de ir sanando estos programas mentales que nos transmitimos de generación en generación, pero aun nos queda mucho trabajo por hacer.

Una de las premisas que más nos puede complicar la existencia es creer que tenemos que adaptarnos a la realidad que encontramos en este mundo, olvidando por completo que somos nosotros los que creamos esa realidad.

Recordar que eres el generador de tu realidad es asumir tu verdadera naturaleza y desde ese momento la magia comienza. Desde este entendimiento, ya no te importa tanto los inconvenientes que tengas en este momento y pasas a ocuparte de algo mucho más relevante que eso, te centras mas en cómo alinearte a tu propio poder creativo.

Entre todos creamos la realidad que compartimos como sociedad, pero esa realidad puede ser mejorada desde los centros de consciencia individuales que aporta cada uno de nosotros. Así es como una persona puede llegar a convertirse en un líder capaz de influenciar a grandes masas para elevar el nivel de consciencia colectivo.

Cada uno de nosotros es un líder en su espacio tiempo, pero el olvido de lo que realmente somos, no nos permite disfrutar de esta maravillosa condición. Nos dejamos llevar por la idea de que hay que adaptarse a lo que ya existe y someterse a ciertas limitaciones que no son reales.

Hoy atendí a una mujer que, teniendo una gran capacidad de liderazgo y sabiduría, lleva años sufriendo porque no comprendía que su perspectiva era un gran privilegio del cual nunca ha podido disfrutar. 

Ella necesitaba recuperar el recuerdo de su verdadera esencia tan olvidada y recuperar la fe en sí misma como el ser que ha venido a disfrutar de su única e irrepetible personalidad. Y esto es algo que, en diferentes grados, nos sucede a todos.

Todo problema se sustenta solo en base al olvido de quienes somos. El proceso de recordar se puede iniciar cuando nos abrimos a esa posibilidad. Para eso es muy importante validar todo lo que en este momento nos ocurre y verlo como el punto de partida hacia adelante, dejando de lado ese tan común sentimiento de culpa, de falta de capacidad o falta de merecimiento.

El proceso de recordar es algo así como comenzar a limpiar nuestra imagen, la verdadera imagen, la que nunca se puede desaparecer, la que solo se puede olvidar o empañar, pero que no se puede esfumar porque es nuestra verdadera naturaleza.

¿Estás atravesando algún desafío que te atemoriza? ¿Estás preguntándote por qué me pasan estas cosas? O ¿cómo podré salir de aquí?

Si estás haciéndote este tipo de preguntas es solo porque en este momento no recuerdas quién eres. Cuando comiences a recordar que eres el creador de tu realidad ya no te harás este tipo de preguntas y pasarás a pensar en ¿qué me está enseñando este desafío? ¿Qué es lo que puedo recuperar de mi esencia para superar esto? ¿En qué me hará crecer esta situación? O ¿Qué utilidad me puede ofrecer este problema?

Este tipo de preguntas no apunta a desvalorizarte, todo lo contrario. Apuntan a que puedas beneficiarte del desafío que tienes al frente y a que puedas resolverlo lo más pronto posible. De esta manera, cada problema se convierte en una oportunidad para ser cada día más sabio y más feliz.

Nadie espera tener problemas para ser más feliz, pero si las dificultades ya se encuentran en tu vida, la mejor manera de poder avanzar en sus soluciones puede ser abrazándote a ti, abrazando las dificultades, abrazando la posibilidad de crecer para sacar a la luz ese maravilloso ser que eres.

Cuando sientes que las dificultades te aplastan es porque estás observándolas desde una perspectiva de olvido. Ese punto de observación genera mucho miedo. El miedo disminuye drásticamente cuando tienes presente que ese conflicto y ese miedo solo se deben a tu olvido. Esto puede ser un estímulo para iniciar el proceso de recordar.

Si recuerdas que eres el creador de tus experiencias podrás mejorar tus circunstancias cuidando la calidad de tus pensamientos y la polaridad de tus emociones. Puedes aumentar tu capacidad de atención sobre lo que estás pensando y lo que estás sintiendo sobre tu momento presente. Verifica que te estás apoyando, abrazando, acompañando e impulsando a ser más grande que tus dificultades. 

Eso es algo que sabes hacer porque es tu verdadera naturaleza, solo tienes que recordarlo.

¿Recuerdas cuando eras niño y veías a los adultos complicarse más de la cuenta con cosas que para ti resultaban ser mucho más sencillas de abordar? Ese es el recuerdo que tienes que recuperar. Es algo así como una claridad, liviandad o certeza de que todo es más fácil de lo que los demás lo ven.

No es algo extraño o ajeno a ti, es muy conocido por ti, solo tienes que recordarlo. En las dificultades es cuando más necesitas apoyarte y abrazarte para que brille el verdadero ser que eres.

http://evolucionespiritual.com/

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