lunes, 25 de julio de 2016

Un nuevo mapa del cerebro identifica casi 100 áreas desconocidas.


Puede que los mapas del cerebro abunden, pero la realidad es que cada avance demuestra que sigue siendo un gran desconocido todavía.Y el trabajo de expertos de la Universidad de Washington, publicado en Nature, lo demuestra. No solo porque han descubierto 97 nuevas áreas del córtex cerebral, la capa más externa del cerebro, involucrada en la percepción sensorial, el lenguaje, el uso de herramientas y el pensamiento abstracto. Sino también porque el caudal de información obtenida es enorme. “Tuvimos que convencer a Nature – explica David Van Essen, uno de los autores del estudio – para que subiera a su página web unas 200 páginas extras de cada una de las 180 regiones estudiadas, así como de los algoritmos que utilizamos para crear el mapa”.  Creemos que esta información servirá a la comunidad científica para explorar el mapa por su cuenta y obtener nuevos datos”.

El nuevo mapa del cerebro en alta resolución descubre 100 regiones hasta ahora desconocidas del córtex, el área encargada del lenguaje, la percepción sensorial y el pensamiento abstracto, entre otras funciones. Identificar con precisión la arquitectura del cerebro humano, sus conexiones y la función de cada una de sus estructuras es uno de los objetivos más esquivos para la neurociencia, limitada en ese campo por las dificultades técnicas.

Proyecto pionero

Para llevar a cabo esta titánica tarea, los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, han recurrido a los datos generados por el Proyecto Conectoma Humano, un estudio multimillonario de cinco años de duración dirigido por el propio Van Essen y que utiliza una potente máquina de resonancia magnética, creada específicamente para este proyecto, para mapear el cerebro de 1.200 adultos.
Los autores utilizaron la información del cerebro  de 210 adultos jóvenes de ambos sexos y dividieron el cerebro en 180 áreas tanto del hemisferio izquierdo como del derecho basándose en diferencias físicas (como el grosor del córtex), funcionales (áreas que responden a los estímulos del lenguaje) y diferencias en la conectividad de ciertas regiones. La cartografía cerebral no es tan sencilla como un mapa geográfico, ya que la mayor parte del cerebro es, superficialmente muy similar. A nivel de la corteza tiene más que ver con un mapa de fronteras: ciertas diferencias no se pueden ver desde el aire y cobran nuevos detalles cuando se recorren ”a pie”.
“El cerebro no es como un ordenador que puede operar con cualquier sistema operativo y usar cualquier software – señala Van Essen– . El software del cerebro, cómo funciona, inicialmente está correlacionado con la estructura del cerebro (su hardware). Si queremos averiguar qué puede hacer el cerebro, debemos comprender cómo está organizado y conectado”.

Aplicaciones

Algunas de las áreas identificadas hasta ahora se ponen en funcionamiento cuando una persona desarrolla una actividad particular.
La región 55b, por ejemplo, se activa cuando alguien está escuchando una narración, mientras que otras contienen un mapa detallado del campo de visión o bien controlan algún tipo de movimiento corporal.
Gran parte de las regiones no ejercen una única función, sino que coordinan información procedente de diversas fuentes para regular comportamientos complejos.
Matthew Glasser, otro de los autores del estudio, subrayó que las 180 áreas detectadas hasta ahora probablemente serán más en el futuro. “No esperamos que sea el número final. En algunos casos, hemos identificado una zona del córtex que probablemente se puede subdividir, pero no podemos delimitar con seguridad esas fronteras con la información y las técnicas actuales”, señaló Glasser en un comunicado de su universidad. “Nosotros nos hemos centrado en aquellas sobre las que estamos seguros de los datos obtenidos”. Para que otros investigadores también puedan profundizar en estos mapas, los expertos han desarrollado también un software que detecta automáticamente la huella digital de cada una de estas nuevas áreas en los escáneres cerebrales.
Y es que, al igual que los cartógrafos del pasado, los expertos que mapean el cerebro humano, crean herramientas para que otros exploradores las usen en nuevos descubrimientos.
“Este avance, largamente esperado, nos permite tener un atlas de referencia que permitirá a los investigadores interesados en la estructura cerebral, sus funciones y su conectividad trabajar con un marco común”, señalan los científicos Thomas Yeo y Simon Eickoff en un artículo en Nature que acompaña al estudio.
Los investigadores subrayan que el trabajo permitirá al resto de la comunidad científica avanzar en la comprensión de desórdenes como el autismo, la esquizofrenia y la epilepsia.
Gracias al nuevo mapa detallado, los científicos serán capaces de comprender las diferencias entre los cerebros de pacientes con esas dolencias y las personas sanas.
https://fun4us.org

No hay comentarios.:

Publicar un comentario