miércoles, 8 de junio de 2016

La mente chamánica.


La diferencia fundamental entre un Esquizofrénico y un Chamán es la actitud de la persona que está percibiendo. Además, puede depender de la intensidad y la claridad de lo que recibe y percibe. Si alguien tiene miedo de lo que está sucediendo en su interior y eso altera su vida, irá a un médico y obtendrá pastillas, terapia, o pedirá ser puesto en un lugar seguro durante un tiempo. Eso no tiene nada de malo. Generalmente, para obtener ayuda de un médico o una agencia estatal, uno debe consentir recibir un diagnóstico.
Si las pastillas o la terapia parecen dejar de hacer efecto, y no se puede agregar nada nuevo para alterar su situación, otra opción sería que quien lo percibe considere que no está “enfermo” en absoluto. En realidad, está siendo “dotado” con algo nuevo, vibrante y de vanguardia.
La mayoría de las personas nacen con un Velo ceñido que separa la 3D del resto de Lo Que Es. Otras no están “envueltas” tan ceñidamente. Sus Velos son delgados como las paredes de un hotel barato. Lo que sucede en las “otras” habitaciones de ese hotel no siempre se filtra completamente. Una persona que nace con una experiencia interior amplificada, al principio no tiene manera de clasificar lo que él (o ella) está experimentando realmente. Puede parecer un recorrido por un parque de diversiones, ¡salvo que después de un tiempo la persona en el recorrido deja de divertirse!
Ahí es cuando entra en escena la “intervención” externa. Para que una persona pueda transformar la Esquizofrenia en Chamanismo debe haber una clara disposición a declarar que algo es bueno, aunque temporalmente lo perciba como bastante malo. Con esa disposición, tanto la persona como los que la rodean se concentrarán ante todo en “librarse de la rareza,” nada más.
La tarea de un “Chamán” o “Visionario,” cuando se aplica a ciertos estados psicológicos, es totalmente arbitraria. Cada persona tiene que encarar este tema directa y personalmente. De lo contrario, la sociedad lo hará por ella. Ser un “Chamán” es ser un Guardián del Portal para los Reinos Expandidos. En otras palabras, una Persona Puente. Aunque la información interior (imágenes, sonidos, visiones) muchas veces llegan en ráfagas aleatorias de energía, la Persona Puente está dispuesta a tomarse tiempo (de la vida “normal”) para clasificar la información, buscando “pistas” que puedan abordar preguntas eternas. También debe ser capaz de organizar los mensajes en alguna estructura mental viable.
Además de estar “correctamente dispuestos” mentalmente, los Chamanes deben poseer un apasionamiento por ver esas imágenes manifiestas, ya sea como un punto de vista alternativo en la vida, o el precursor de lo que podría venir en el futuro de la humanidad. La pasión es una cosa. La obsesión es otra. Una verdadera Persona Puente sabe cómo montar una ola de pasión sin naufragar por impaciencia, o ser superado por un narcisismo nefasto.
¿Qué significa el término “loco” cuando se ve en esta nueva luz? Simplemente quiere decir: “No puedo comprender o identificarme con lo que te sucede en este momento y tú me pones nervioso y a la defensiva.” Las Personas Puente entienden esto, y muestran compasión, entonces siguen adelante con su misión cada vez que el camino se abre.
Derechos de Autor, 1992-2004, por Daniel Jacob. Reservados Todos los Derechos. Puede ser copiado y compartido con propósitos de crecimiento personal y/o búsqueda. Toda reproducción con fines de lucro requiere del permiso escrito de Reconnections, Inc.
Publicado en Facebook 26.5.16
Traducción: Susana Peralta
Sitio oficial de Daniel Jacob en español <www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm>
https://soyespiritual.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario