jueves, 25 de febrero de 2016

La interacción con la energía de la naturaleza nos permite balancear y limpiar nuestra aura.


La interacción con la energía de la naturaleza nos permite balancear y limpiar nuestra aura.

La costumbre de abrazar a los árboles, por ejemplo, tiene su razón, ya que estos constituyen campos dinámicos de energía, que interaccionan con los campos energéticos humanos también de manera dinámica.

Esta interacción natural entre un campo de energía y otro puede ser vista como una especie de ósmosis entre nuestras energías y las del medio que nos rodea.

Nosotros absorbemos energía de las plantas, los árboles, de las flores, los animales y hasta el aire mismo.
Cada árbol tiene su propia y única frecuencia, así como la tiene cada ser humano.

Por este motivo, se puede abrazar diferentes árboles con diferentes propósitos.

Abrazar a un sauce, o sentarse debajo de él durante cinco minutos, por ejemplo, alivia el dolor de cabeza 

El pino actúa sobre la energía humana, limpiando, es decir, absorbiendo del campo áurico las emociones negativas, especialmente los sentimientos de culpa.

Pero, lejos de hacerse daño por la influencia de energía negativa, el pino del reabsorbe como un verdadero fertilizante que redunda en favor de su desarrollo.

El aspecto del campo áurico en que más se ha enfatizado hasta aquí es el de la energía como emanación del cuerpo físico.
Vivimos en una época en que la ciencia y la tecnología tienen la capacidad de verificar los campos de energía de todo ser vivo, especialmente los que emanan del hombre.

Estas emanaciones energéticas del cuerpo implican, a su vez, campos magnéticos eléctricos , electromagnéticos sonoros y luminosos.

Algunos de ellos son generados en el interior del cuerpo, otros son recibidos desde fuera y transformados por el cuerpo. 

Parte del significado y el poder de los tótems, tal como se encuentra en la tradición indígena de América y de otras sociedades primitivas del resto del mundo, por ejemplo, consiste en el aumento de la energía propia a través de la energía totémica .

Cuanto mayor es el contacto del individuo con el tótem, más poderoso se convierte .
Como veremos al considerar las dimensiones del aura, ella es más fuerte y más grande cuando se está en contacto con un elemento natural.

Si la persona está calzada, el resultado de la medición será diferente del que se obtiene si está descalza, porque el contacto directo con la tierra tiene una influencia decisiva.
Cabe decir que las auras son diferentes bajo diferentes circunstancias .

Las energías de la naturaleza son, fácilmente absorbidas y transformadas por el cuerpo.

El medio Marino tiene los tres elementos básicos de la vida:
el fuego del sol el aire marino, el agua y la tierra.

El cuerpo humano puede absorber esta energía y transformarla en salud, ya que de esta manera el sistema energético en su totalidad se restablece .

La asociación y el contacto con los tres elementos primordiales restituyen el equilibrio individual.
Sin embargo, el aura no está constituida por energía absorbida y transformada a partir de elementos de la naturaleza.

Es más bien una sutil interacción entre el cuerpo y los campos de energía celestes .
La influencia de los astros tal como se describe en la astrología es captada y transformada en expresiones de energía dentro del individuo

Algunas influencias planetarias pueden impactar de manera más intensa y evidente que otros.
Cada persona tiene su propio sistema de energía y su forma individual de intercalar y trabajar con las sutiles influencias que nos rodean.

Con un poco de estudio, perseverancia y auto examen, es posible incrementar la percepción de estas influencias y aprender a trabajar con ellas creativa y productiva- mente.

Es necesario que conozcamos como nuestro campo áurico interactúa con las fuerzas y energías exteriores, como nuestra aura afecta la energía de los demás y es afectado por ella.
Por ello, es fundamental que aprendamos a reconocer los límites y la fuerza de nuestro campo de energía, ya detectar los momentos en que resulta necesario desarrollarlo, equilibrar, o limpiarlo.

Jose Aldosha Molina




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