miércoles, 29 de octubre de 2014

¿Por qué Sanación Psicoespiritual? Por Arquetipos.




   La Sanación Psicoespiritual por Arquetipos, como cualquier otro método que tenga una base espiritual para el tratamiento de las dolencias y problemas que afectan al ser humano, considera la enfermedad o, más propiamente, los procesos físicos, como la manifestación en el cuerpo material de un conflicto surgido en otros planos y que, por no reconocerse o no resolverse en ellos, fue tomando forma material hasta presentarse como una dolencia en un órgano, área o función del cuerpo físico. El conflicto original que dio lugar a ese proceso de síntomas físicos, puede estar en el cuerpo emocional de la persona, en su cuerpo mental o en su cuerpo energético/espiritual, siendo éste uno de los motivos por los que, aunque su creador, Colin Bloy, llamó a este método“Sanación Espiritual por Arquetipos”, yo lo he rebautizado añadiéndole el prefijo “psico” que, en mi opinión aporta una información adicional sobre el tipo de trabajo que realizamos con él, y que tiene en cuenta al ser humano como una unidad, como un holograma en el que, no podemos sólo trabajar con una de sus partes, sino que debemos hacerlo con la totalidad.

 Es bien conocida por tod@s la influencia que la psique y las emociones tienen en las dolencias que a veces aquejan a la parte física de nuestro ser y, como es lógico, también en la recuperación y la conservación de la salud. Nuestra base energética y nuestra alma, igualmente influyen en estos aspectos, si bien la ciencia oficial todavía no ha reconocido suficientemente esta influencia (ya lo hará) que, en mi opinión y en la de much@s, es el origen de que a veces el cuerpo físico, la mente y/o las emociones se vean afectadas en su salud y funcionamiento perfecto.



El alma, por sus características y particularidades, nunca enferma. Es perfecta en todos los aspectos y, por lo tanto, nada le puede afectar. Nuestra base energética de partida, suele estar también en buenas condiciones, porque es la que necesitamos para nuestra existencia aquí, en la vida presente. No obstante esto, si no empleamos esa energía, que está compuesta de luz, inteligencia y conciencia, de una manera que sirva a los fines para los que existe, las consecuencias podrán tomar muchas y diferentes formas, siendo una de ellas las dolencias físicas o los síntomas de enfermedad. Igualmente nuestra alma, que conoce todo lo que hemos venido a hacer a la vida en esta ocasión, continuamente nos envía mensajes para confirmarnos si vamos por el camino correcto o si, por el contrario, nos hemos desviado y necesitamos una reconducción. Ese mensaje que el alma nos envía, en principio, suele ser una información o señal directa. En función de que escuchemos y tengamos en cuenta o no esa señal, seguirá enviándonos otras hasta que, finalmente, hagamos caso del mensaje y actuemos en consecuencia con él.  Si no lo hacemos así, es posible que, pasado un tiempo, sea el cuerpo denso y material, precisamente porque es materia densa, el que nos avise de la necesidad de realizar una revisión de ese camino. El cuerpo duele y justamente por ello, el dolor a veces es la puerta que lleva a reconocer y afrontar un problema postergado desde tiempo atrás, a veces incluso desde una vida anterior.

 Antes de llegar al cuerpo material, a la biología, esa llamada ha pasado antes por el cuerpo energético, por la psique (la mente)  y por las emociones, en éste o en cualquier otro orden, dependiendo de cada persona y del momento y asunto concreto de que se trate. Además, y con independencia de esto, la psique tiene siempre un papel esencial en todo cuanto nos sucede, en todo lo que elegimos y en todo lo que, al fin y a la postre, decidimos hacer, siendo asimismo la parte de nuestro ser que tiene la capacidad de crear y recrear la realidad que nos rodea y de programar cómo vamos a relacionarnos con ella.

  La palabra psique es de origen griego: ψυχή: psyché y significa “alma humana”. Se trata de una definición relacionada con la visión del Cosmos de la antigua Grecia. La palabra griegapsyché, se refería a la fuerza vital de una persona, unida a su cuerpo en vida y desligada de él tras su muerte. El término se ha mantenido en prácticamente todas las escuelas de psicología, si bien ha ido perdiendo, en muchas de ellas, su valor metafísico y convirtiéndose entonces en la designación de todos los procesos y fenómenos que constituyen a la mente humana como una unidad.

 La mente humana engloba muchas funciones y capacidades, como el entendimiento, el procesamiento de la información, la creatividad, el aprendizaje, el razonamiento, la percepción, la imaginación, la memoria, la voluntad y otras habilidades cognitivas. Habitualmente se asocian el cerebro y la mente como si fuera una misma cosa, un mismo concepto, y como si los procesos cerebrales y mentales tuvieran un mismo origen, un mismo desarrollo y una misma función, aunque no es exactamente así. El cerebro es el órgano físico a través del cual la mente se expresa, pero ésta tiene una existencia y un origen anterior. También es común asociar a la mente con el pensamiento y las funciones lógicas en general. El cerebro humano, siendo una totalidad, cuenta con dos hemisferios, con dos mitades. El izquierdo habitualmente está asociado con la parte más mental, y el derecho con la más intuitiva, emocional y creativa, contando cada uno con los receptores y componentes adecuados para que cada una de esas funciones se realice con normalidad. No obstante la especialización de cada hemisferio cerebral, ambos trabajan también al unísono, se apoyan el uno al otro y si bien cada uno tiene sus propias funciones específicas, los dos participan en todo lo que hacemos, de un modo u otro. Vemos que incluso en nuestra biología, la unión es fundamental para un funcionamiento sano de la parte del cuerpo de que se trate.

   El hemisferio izquierdo, al estar más relacionado con los procesos de pensamiento, con la lógica, con el raciocinio, se asocia más con la parte mental de nuestra inteligencia. Según Hermes Trismegisto, que nos legó la Tabla de Esmeralda, el universo es mental, de modo que todo lo que pensamos y alimentamos con nuestra energía y nuestra atención, tiene grandes posibilidades de hacerse realidad. Todo aquello que pensamos, por el solo hecho de pensarlo, ya tiene una energía básica. Da igual que sea positivo o no, creativo o no, de miedo o de amor.  En el momento en que lo pensamos ya tiene existencia y, si lo pensamos muchas veces, le vamos dando más y más vida, lo vamos creando y, aunque en un principio exista sólo en nuestra mente, posteriormente puede convertirse en realidad. Seguramente todo cuanto existe fue, en el principio, un pensamiento en la Mente Infinita del Creador. Nosotr@s tenemos la misma capacidad creadora en nuestra mente y de hecho la utilizamos cada día y en cada situación de nuestra vida, aunque muchas veces lo hagamos de manera inconsciente. El funcionamiento es el mismo y el efecto también.

    Por tod@s es conocida la gran influencia que la mente y el pensamiento tienen en la salud, en los procesos con síntomas físicos y en todos los demás aspectos de nuestra vida. La sanación por arquetipos, si bien está basada en la existencia de una Inteligencia Superior que hace posible la sanación, y en la existencia de un campo energético y de luz, el alma, que guarda la información de todas las encarnaciones vividas en la materia, no sólo busca el tratamiento y, en su caso, la sanación de las dolencias que afectan al cuerpo, también busca el despertar de la conciencia y el aumento del amor incondicional por un@ mism@ y por todo. Como una buena parte de ese despertar y aumento del amor, además de la sanación propiamente dicha, tiene una gran influencia de la psique, a mí me parece muy importante transmitir que, si bien es el sanador o la sanadora quien hace el trabajo directo con los arquetipos, la persona a quien se le aplica también ha de participar activamente en la sanación. De hecho es la principal protagonista. Una forma en que esa participación se da es, precisamente, modificando su punto de vista mental, su percepción, su pensamiento y sus ideas acerca de lo que le pasa, usando su mente de una manera más positiva y eliminando todo lo que pueda obstaculizar no sólo la sanación, sino también su vida entera y su felicidad. Igualmente, la persona que solicita una sanación, tendrá que hacer un cambio significativo en sus emociones, actitudes, palabras y actos, con el fin de que la sanación sea realmente integral y holística, con independencia de que la dolencia física se cure o no, porque a veces, es una experiencia necesaria para la persona que el problema orgánico llegue hasta el final y no se produzca la curación. Aun así, la sanación siempre tiene lugar, porque la sanación la recibe el alma y en ésta la enfermedad no existe. Todo lo que queda sanado en esta vida, pasa sanado a la siguiente. La sanación no termina con el final del cuerpo, sino que va más allá de él. El cuerpo es material y perecedero. El alma es inmortal y, por lo tanto, eterna. Es muy importante tener y conservar esta conciencia y perspectiva psíquica y emocional, además de la energética/espiritual, sobre todo por parte de la persona que acude buscando nuestra ayuda, porque así podrá aceptar y asimilar lo que le ocurre con el punto de vista del alma, mucho más amplio y comprehensivo que el punto de vista terrestre y material, pudiendo también hacer su aportación directa al trabajo de sanación de que se trate.

Como es lógico, mi formación y experiencia como  psicóloga clínica, me llevan a tener en cuenta la influencia de la psique, en su doble acepción metafísica y terrena, en todas y cada una de las áreas en las que desempeño mi labor profesional, además del punto de vista espiritual, emocional y de acción de todos los asuntos que afectan al ser humano. Por todos los motivos mencionados, y con el debido respeto a su creador, me he permitido modificar ligeramente el nombre de este método de sanación. Hace tiempo que Colin Bloy ya no está en esta dimensión y me imagino que, de seguir estando aquí, él mismo habría hecho modificaciones en su método y tal vez ésta le parecería correcta.
María Dolores Sánchez-Villacañas de Toro
Directora y Psicoterapeuta de
Alcántara Psicología y Espiritualidad
Escuela de Desarrollo Personal y Crecimiento Espiritual
Madrid – España


  Si quieres copiar o compartir total o parcialmente este texto, haz el favor de reseñar que lo has tomado de https://metamorfosisyvida.wordpress.com.  Gracias y que Dios te bendiga. (23-IX-2014)

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